El método Stabilizia de estabilización de suelos reduce el impacto directo e indirecto en el medio ambiente, respecto a los sistemas tradicionales de construcción.
REDUCCIÓN DEL IMPACTO DIRECTO:
-
Evita la incorporación de material externo al suelo, siendo así menos contaminante.
-
Mejora la resistencia del suelo estabilizado, evitando así la erosión.
REDUCCIÓN DEL IMPACTO INDIRECTO:
-
Evita la extracción de áridos que afectan a la corteza terrestre.
-
Contribuye a la reducción de la huella CO2 .
-
Disminuye significativamente el consumo de combustible al minimizar el transporte de materiales y la disminución de la duración de las obras.
-
Máxima capacidad de ahorro de agua de la maquinaria.
COMPROMISO CON EL MEDIO AMBIENTE
El mundo actual reclama sistemas sostenibles. Es necesario preservar el entorno. La estabilización de suelos no debe basarse en sistemas de extracciones masivas e suelos en canteras ni consumos excesivos de agua, es tiempo de buscar la máxima eficacia con el mínimo efecto sobre el medio.
A través del desarrollo de nuevas tecnologías y procesos industriales, optimizamos y utilizamos los recursos estrictamente necesarios, preservando el entorno natural.
El compromiso de Stabilizia con la ejecución óptima en todas las áreas de un proyecto, revierte de manera positiva en el consumo de recursos y el respeto por el medio ambiente.
La estabilización de suelos o el control y reaprovechamiento de los suelos contaminados, son dos mercados en continuo auge y que tanto en situaciones de gran crecimiento económico como en momentos de crisis o falta de presupuestos para las empresas, Estados o Gobiernos pueden abrirse camino por su evidente ahorro de costes, velocidad de ejecución y sus mejoras de calidad técnicas.
Las enormes prestaciones que aportan estos nuevos sistemas de trabajo y el ahorro económico y de tiempo en el conjunto de las obras, cobran un nuevo impulso cuando le sumamos la posibilidad de controlar y reaprovechar todo tipo de suelo incluyendo como una partida muy destacable a los suelos contaminados industrialmente que por desgracia tanto abundan en muchos de los países avanzados o en vías de desarrollo.
Estos suelos actualmente o no se tratan, o representan un enorme coste de gestión al no encontrar más solución que su retirada y almacenaje en los vertederos especializados en materias peligrosas y que hacen casi inviable económicamente su retirada e imposible su reaprovechamiento.